domingo, 21 de junio de 2009

EDAD DE LOS METALES

Llegó un momento de la prehistoria en que los pueblos dejaron de hacer sus instrumentos con piedra y pasaron a fabricarlos con metales (porque aprendieron las técnicas necesarias para ello). La edad de los metales se divide en tres periodos.
Los metales empezaron a utilizarse, aproximadamente, en el año 10.000 a.C.; por eso, conocemos ese periodo histórico como la edad de los metales, que comenzó con la edad del cobre. 5.000 años mas tarde4 se descubrió la fundición, lo cual supuso un gran avance.
La edad del cobre: El cobre fue el primer metal utilizado por los seres humanos.
La edad del bronce: Se llama así porque el hombre empezó a utilizar el bronce, después de aprender a alear (mezclar) el cobre con otro metal: el estaño. Las antiguas culturas de Mesopotamia nacieron y se desarrollaron durante la edad del bronce. Al final de ese periodo surgieron también las primeras civilizaciones de Grecia.
La edad del hierro: Los utensilios pasaron a fabricarse con hierro. Comenzó en Oriente Próximo hace aproximadamente 3.200 años (aunque en la mayor parte de Europa no se inició hasta hace unos 1.300 años, y en América no se trabajó el hierro hasta la llegada de los europeos a finales del siglo XV de nuestra era). Los europeos de la edad del hierro pertenecieron, en su mayor parte, a la cultura celta. La edad del hierro acabó en casi toda Europa a medida que se producía en cada zona la conquista romana.
Desde el 1800 hasta el 400 a.C., los pueblos celtas del sur de Alemania y Austria desarrollaron una serie de progresos en el trabajo del metal, configurando varias culturas campos de urnas, Hallstatt y La Tène cada una de las cuales se difundió por toda Europa; introdujeron el uso del hierro para fabricar herramientas de trabajo y armas. La cultura céltica de La Tène realizó excelentes trabajos de metal y utilizó arados tirados por bueyes y carros con ruedas. Las tribus germánicas absorbieron gran parte de la cultura celta y al final ésta se extinguió.
Hasta ese momento, los metales solo podían trabajarse ejerciendo fuerza sobre ellos, es decir, golpeándolos con otro metal. En cambio, la fundición permitió derretirlos, es decir, convertir el elemento sólido en líquido, al someterlo a altísimas temperaturas. De esta forma, fue posible dar a los metales la forma deseada, por ejemplo, mediante moldes. Existen diversos tipos de metales. Normalmente, se clasifican en preciosos (oro, plata, platino) y no preciosos (hierro, cobre, estaño, plomo).

Técnicas para trabajar el metal
También existen varias técnicas para trabajar el metal. Ya hemos hablado de una de ellas, la fundición. Otra es el martillado, conocido también como forja: calentándolo, pero sin llegar al punto de fundición, el metal se ablanda; es entonces cuando se golpea con otro metal, obteniendo formas todavía rudimentarias. La forja se utiliza sobre todo con el hierro.
Otra técnica muy extendida es la soldadura. Consiste en la unión de varios metales por uno o varios puntos, aplicando calor en las partes que se desea unir. Esta técnica fue muy utilizada en el siglo XX, sobre todo, por los artistas de las vanguardias europeas, como, por ejemplo, el español Julio González. La última de las técnicas más importantes de la metalistería es la aleación. Comenzó a usarse en el 3000 a.C., 2.000 años después de la invención de la fundición. Pero, a diferencia de esta técnica, en la que se calienta un único tipo de metal, en la aleación intervienen varios tipos, creando así un metal nuevo. El ejemplo más importante de aleación es la del bronce, que es el metal que resulta de la unión del cobre y del estaño.

Técnicas para decorar el metal
Hasta ahora hemos hablado de los diferentes metales y de las distintas técnicas para trabajarlos. Pero, al tratar los metales, hemos de explicar también cuáles son las técnicas para decorarlos.
La primera de ellas es el repujado, quizá una de las más sencillas y primitivas. Consiste en golpear el metal desde dentro hacia fuera, es decir, desde la parte no visible a la parte visible del objeto artístico o utilitario.
Del mismo modo funciona otra de estas técnicas decorativas, la del cincelado, pero, en este caso, el metal se trabaja desde fuera hacia dentro. El resultado son incisiones o hendiduras que se realizan con punzones o gubias (similares a las que se usan en la técnica del grabado).
Otra técnica muy importante es el dorado. El objeto de metal, en este caso, se decora con láminas de oro muy finas. Este procedimiento es similar al que usaban los pintores del románico y del gótico: los fondos de sus cuadros, e incluso las ropas de las figuras, se realizaban también con láminas de oro, que se conocen como ‘pan de oro’.
La granulación o filigrana es otra técnica decorativa. Consiste en pegar pequeñas bolitas, normalmente de oro, que se unen entre sí formando una fina y delicada red.