miércoles, 24 de junio de 2009

PALEOLITICO


Arte paleolítico, arte desarrollado entre los años 32.000 y 11.000 a.C., durante el último periodo glacial. Comprende el arte mueble (también llamado arte miniatura o arte portátil) consiste en figuras y objetos decorativos tallados en hueso animal o piedra o modelados toscamente en arcilla y el arte parietal o rupestre, vinculados al interior de las cuevas en forma de pinturas, dibujos y grabados. Algunos relieves también aparecen en abrigos rocosos al aire libre. Arte paleolítico hay en todo el mundo, pero es mucho más abundante en Europa.
Los primeros hallazgos de arte paleolíticos fueron piezas de arte mueble descubiertas en las cuevas y abrigos rocosos del suroeste de Francia en la década de 1860. Los objetos eran indudablemente antiguos, probablemente herramientas y útiles paleolíticos así como huesos de animales del periodo glacial. Algunas de las especies representadas (como el mamut) se extinguieron, y otras (como el reno) abandonaron la región hace ya mucho tiempo.
El primer llamamiento serio a favor de la existencia del arte rupestre paleolítico se hizo en 1880, cuando el español Marcelino de Sautuola dio a conocer sus hallazgos en la cueva de Altamira (Cantabria). Sus opiniones fueron tratadas con escepticismo por los arqueólogos de la época, hasta que el deslizamiento de una fallas ocurrido en la cueva de La Mouthe (Dordoña) en 1895, saco a la luz una galería con grabados tallados en sus paredes. Los sedimentos paleolíticos aparecieron allí confirmaron la antigüedad de las pinturas. Se han encontrado objetos de arte paleolítico dispersos por múltiples lugares desde la península Ibérica y el norte de África hasta Siberia, con una notable concentración de restos en Europa occidental, oriental y central. Se conocen miles de ejemplares, mientras en otros lugares hay muy pocos.se han localizado cuevas con decoración paleolítica desde Portugal y el sur de España hasta el norte de Francia en otros lugares hay muy pocos. Alemania, los Balcanes, Rumania y Rusia. Algunas de estas cuevas contienen sólo unas pocas figuras o simplemente una, mientras que en otras, como las francesas Lascaux y Les Trois Frères, las tienen a centenares.
En años recientes este tipo de representaciones paleolíticas ha aparecido también en rocas al aire libre, conservadas en circunstancias excepcionales. Hasta ahora, estas pinturas se han hallado en diversos lugares de España, Portugal y los Pirineos franceses.

Cueva de Altamira

Los bisontes que se pueden observar en la imagen son sólo una pequeña muestra del conjunto de pinturas prehistóricas que la cueva de Altamira alberga. Datadas en más de 15.000 años de antigüedad, sus representaciones animalísticas, ejecutadas con un hábil estilo naturalista dominador del trazo y de la utilización de los colores, motivaron que esta gruta cántabra, ubicada en el término de Santillana del Mar, recibiera el apelativo de 'Capilla Sixtina del arte paleolítico'. El análisis de diminutas cantidades de pigmentos procedentes de los dibujos y pinturas rupestres ha demostrado que en muchos casos tales muestras contenían restos de carbón vegetal. La datación por isótopos radiactivos como el carbono 14 pone de manifiesto que la acumulación de figuras en las paredes de las cuevas fue un hecho inusual, separado a veces por largos periodos de tiempo. Los hallazgos más antiguos del paleolítico figuran entre los años 32.000 años, estatuillas pequeñas talladas en marfil y piedra aparecidas en Austria y Alemania. El arte mueble abarca una extensa variedad de formas y materiales. La más simple fue la manipulación de objetos naturales como colmillos, conchas o huesos tallados o perforados para fabricar collares y pendientes. En algunos yacimientos han aparecido figuras talladas en piedra, tales como arpones, flechas, anzuelos, cuchillos y también se han encontrado bastones de mando
En diversas zonas, sobre todo en Moravia, se han encontrado pequeñas esculturas de terracota con figuras humanas y animales, pero la mayoría de las estatuillas paleolíticas estaban hechas de marfil o piedra blanda. El marfil también se usó para componer collares, pulseras y también brazaletes. Particular interés ofrecen unas características figuritas femeninas de pequeño tamaño talladas en piedra, casi todas del periodo auriñaciense, denominadas genéricamente Venus
La manera más simple de transformar las paredes de la cueva fue imprimir la huella En algunas cuevas, estas marcas también representan figuras reconocibles. El trabajo en arcilla, limitado al área pirenaica, se extiende desde la estampación sobre las paredes de las huellas de las manos hasta los grabados en el suelo de la cueva y la realización de bajorrelieves mediante la acumulación de grandes cantidades de arcilla los dedos sobre la capa de barro que recubre la roca. El pigmento rojo usado en las paredes de las cuevas estaba compuesto por óxido de hierro (hematites u ocre) mientras que el pigmento negro suele ser manganeso o carbón vegetal, derivado de la combustión de la madera. La manera más rudimentaria de aplicar la pintura en los muros de las cuevas fue con los dedos, aunque por regla general se utilizaron diversos tipos de útiles que no se han conservado hasta nuestros días. Para esbozar el contorno de las manos (posándolas sobre la pared de la cueva) y algunos puntos y figuras, la pintura fue, sin duda, rociada directamente con la boca o por medio de un canutillo provisto de pintura. También se pintaron figuras en los techos de las cuevas. Algunos, como los de Altamira (España), podían alcanzarse sin dificultad, pero en otros lugares era necesario utilizar una escalera de mano o algún tipo de andamiaje. En Lascaux, los huecos de una de las paredes de la galería sugieren cómo se construyó el andamiaje. La luz provenía de las hogueras, pero para las zonas más interiores y profundas de las cuevas fue necesario algún tipo de iluminación portátil.

MESOLITICO


El periodo de transición entre el final de la glaciación y el inicio del neolítico, constituyó una especie de hiato en el registro arqueológico llevado a cabo en el siglo XIX. Con el paso del tiempo se acuñó el término ‘mesolítico’ (edad de la piedra media) para denominar este periodo de transición en Europa. Hacia la década de 1880 ya se habían identificado algunas culturas desarrolladas entre el 8500 y el 7000 a.C. en el Oriente Próximo, pero en Gran Bretaña (territorio en el que el neolítico procede del continente europeo) esta etapa llegaría hasta el IV milenio. También se emplearon hachas de piedra o azuelas para el trabajo de la madera Fueron los grupos paleolíticos finales (o epipaleolíticos) del Oriente Próximo, como los de la cultura natufiense de Palestina, quienes al parecer dieron los primeros y decisivos pasos hacia la producción de alimentos y la adopción de la vida sedentaria.

El Mesolítico es un período prehistórico entre el Paleolítico y el Neolítico, que duró aproximadamente entre el 10000 a. C. y el 5000 a. C. Su nombre significa Edad Media de la Piedra (del griego, mesos=medio; y, líthos=piedra) por contraposición al Paleolítico (Edad Antigua de la Piedra) y al Neolítico (Edad Moderna de la Piedra).
Algunas culturas de este periodo fueron:
 Aziliense
 Maglemoisense
 Ertebölliense
 Ahrensburgiense
 Asturiense
Los hombres del Mesolítico se dedicaron a la caza, la pesca y la recolección, como los del Paleolítico Superior, pero sus condiciones de vida fueron relativamente más duras. El clima sufrió grandes cambios: había finalizado una etapa de glaciación. Las grandes masas de hielo y nieve se derritieron gradualmente, subió el nivel de los mares y se inundaron muchas regiones bajas. Por otra parte, el aumento de la temperatura provocó la desaparición o la migración hacia el Norte de los grandes mamíferos característicos del clima frío que habían otorgado una caza provechosa a los seres del Paleolítico Superior. La caza tuvo que orientarse hacia animales más pequeños o buscar otras formas de alimentación. El mamut se extinguió y los rebaños de herbívoros fueron sustituidos por animales de costumbres individuales, cuya caza era más compleja: el ciervo y los jabalíes. Los cazadores comenzaron a utilizar perros, con algún grado de domesticación, para sus actividades. También es importante, la fabricación de pequeños utensilios adaptados a su nueva de moluscos y la apertura de estos.
Las armas más importantes fueron los arcos, reforzados por tendones, y las flechas de piedra con variadas formas geométricas (por ejemplo, triángulos y trapecios). Utilizaron también un tipo de flechas de hueso o de madera para conseguir pieles sin dañarlas demasiado. Durante este período se fabricaron trineos, en un principio tirados por hombres y luego por perros, y canoas de piel o de corteza de árboles. De la corteza de abedul fabricaron un producto para pegar, que se ha considerado probablemente como la sustancia más antigua realizada por el ser humano.
Los hábitos de las culturas del Mesolítico eran nómadas, con alojamientos de invierno y campamentos de verano. En algunas regiones, donde las costas ofrecieron cantidades permanentes de alimentos, comenzaron a ubicarse asentamientos durante todo el año. El Mesolítico se divide en dos fases: El Epipaleolíticos (o fase posterior del Paleolítico) cuyo nombre deriva de la raíz griega "epi", es decir "sobre"; y el Protoneolítico (periodo anterior al Neolítico y a la Edad de los Metales).

La vida en el Mesolítico
Es durante este periodo cuando, tras la última glaciación surgen los grandes bosques y se extinguen los grandes animales. El crecimiento de los bosques, debido a la modificación climática, hace más dificultosa la caza mayor. Los grandes mamíferos, como el Elefante lanudo, el Rinoceronte lanudo, los osos de las cavernas, desaparecen, y otros como el reno, emigran. Por el contrario prosperan el ciervo, el magurío, y sobre todo el caracol (signo de clima cálido y húmedo).Como especies de caza se conservan el ciervo, el sarrio, la cabra montesa.

El sarrio o Rebeco

Era un rumiante de montaña próximo a la cabra con pezuñas elásticas adaptadas a la escalada. Vive sobre todo en las montañas del centro y el sur de Europa.
El jabalí y el corzo (estos dos últimos en franco aumento). También se cazan osos, zorros, gatos monteses, tejones y otros pequeños mamíferos; como aves se cazan los gansos, tordos, faisanes, arrendajos, palomas salvajes y otras.
La recolección de frutos se extiende, y se comen caracoles y conchas. La pesca se desarrolla. El clima húmedo hace incrementar espectacularmente la cantidad de caracoles, que el hombre consume por millones como un nuevo alimento.
Al poder vivir de las frutas que recolecta, el hombre tiene menos necesidad de cazar. Sale de las cuevas, cambia sus hábitos y su alimentación y se modifican sus características físicas.
Se construyen las primeras chozas a orillas de los ríos, y se abandonan temporalmente las cuevas, viviéndose al aire libre en cabañas de madera y plantas, de las cuales no se conservan vestigios, pero en cuyos emplazamientos se localizan objetos de piedra tallada conocidos por "talleres de Sílex”.
Al desaparecer la caza mayor, la de los pequeños animales pasa a primer plano, y para ella se utilizan objetos de piedra de diversas formas, de uso a menudo incierto, muchas de las cuales debían usarse como saetas: Arma arrojadiza compuesta de un asta delgada con una punta afilada en uno de sus extremos y en el opuesto algunas plumas cortas que sirven para que mantenga la dirección al ser disparada. Los instrumentos de medidas mayores se hacen escasos.
En esta época los hombres van desnudos o con taparrabos, y las mujeres van desnudas o con unas faldas acampanadas hasta las rodillas, atadas con una cuerda a la cintura, y desnudas en la parte por encima de la cintura.
Los grupos tienen probablemente un hechicero, que al principio se distinguía por adornos en las piernas, concretamente en las rodillas, y probablemente también en los brazos. Se practicaban bailes rituales, en los cuales probablemente se invocaba la fertilidad de las mujeres o más probablemente de los animales.
La practica de la caza de animales menores, como ciervos o corzos, lleva a la técnica del en cercamiento del animal por el grupo humano, y su matanza. Pronto los hombres aprenden a cazar a estos y otros animales empujándolos hacia sacos de cuero, y concentrándolos después en cercados hechos con empalizadas de madera. De esta forma se convirtieron en pastores.
A la fertilidad de estos rebaños, y de los rebaños libres, se asocian las danzas rituales y los cultos asociados a pinturas rupestres de animales, con un significado probablemente mágico o de culto.
La caza es la actividad principal y la mayor consideración social es para el gran cazador. Los hombres usan eventualmente (no siempre) plumajes en la cabeza, y brazaletes en los brazos y en los tobillos.
Las mujeres eran altas, delgadas, esbeltas, con la cintura estrecha y la pelvis ancha; sus piernas eran robustas; sus pechos grandes y flácidos, y les colgaban exageradamente hasta la barriga. Su peinado era estrecho en el centro y colgando hacia los lados, cada vez con mayor anchura, hasta el final de la cabeza.
Para la caza el hombre usa el arco. Lo llevaba en la mano derecha junto a varias flechas, mientras en la mano izquierda llevaba solo una flecha. Disparaba el arco con habilidad en diversas posiciones (de pie, sentado, rodilla en tierra, apoyado, hacia arriba, e incluso mientras estaba corriendo).
Las luchas entre tribus debían ser frecuentes, y aparecen a menudo reflejadas en las pinturas rupestres que se conservan en diversos puntos. En estas representaciones se reflejan batallas de arqueros que incluso llegaban al cuerpo a cuerpo.

EVOLUCION DEL HOMBRE


Evolución del cráneo humano:
La antropología física se dedica al estudio de las características físicas del ser humano. Los antropólogos físicos analizan los fósiles de ancestros humanos para trazar el desarrollo de la especie, fijándose especialmente en el tamaño del cerebro, la altura y la habilidad para caminar erguido. Como ilustra esta fotografía, los descubrimientos arqueológicos han ayudado a conocer la evolución del cráneo humano. Con la evolución desde el Australopithecus hasta el Homo (sapiens) sapiens, la capacidad craneana aumentó (para ajustarse al crecimiento del cerebro), la cara se acható, la barbilla retrocedió y disminuyó el tamaño de los dientes. Los antropólogos también buscan útiles, como herramientas de hueso, vasijas o pruebas de la utilización del fuego, para vincular el desarrollo físico con el cultural. Algunos antropólogos mantienen que cuando el cerebro adquirió una elevada capacidad para el aprendizaje y el razonamiento, fue la evolución cultural, y no la física, la que determinó la forma de vida de los seres humanos.

El ser humano pertenece al género Homo, que apareció hace más de 2 millones de años. Como puedes ver, los primeros miembros del género Homo eran todavía muy diferentes al ser humano actual (y su vida, mucho más difícil)
Desde tiempos remotos, viajeros, historiadores y eruditos han estudiado y escrito sobre culturas de pueblos lejanos. El historiador griego Herodoto describió las culturas de varios pueblos del espacio geográfico conocido en su tiempo; interrogó a los informantes clave, observó y analizó sus formas de vida al igual que los antropólogos modernos, e informó sobre las diferencias existentes entre ellas, en aspectos tan importantes como la organización familiar y las prácticas religiosas.
En el siglo XIII, el aventurero italiano Marco Polo viajó a través de China y otras zonas de Asia, aportando con sus escritos una información muy amplia sobre los pueblos y costumbres del Lejano Oriente. Durante el siglo XV se exploraron nuevos campos de conocimiento debido al descubrimiento por los exploradores África, el sur europeos de los diferentes pueblos y culturas del Nuevo Mundo, de Asia y los Mares del Sur, que dio como resultado la introducción de ideas revolucionarias acerca de la historia cultural y biológica de la humanidad. Los estudios de la ilustración francesa como Anne Robert, Jacques Turgot y jean antoine condorcet, comenzaron a elaborar teorías sobre la evolución y el desarrollo de la civilización. Estos planteamientos antropológicos y filosóficos chocaban con el relato bíblico de la creación y con los dogmas teológicos que afirman que determinadas culturas y pueblos no occidentales habían caído en desgracia divina El hallazgo de un fósil en Neandertal (Alemania) en 1856 y los restos del hombre de Java (Homo erectus) en la década de 1890, proporcionaron pruebas irrefutables del larguísimo proceso de evolución del hombre.
La antropología surgió como campo diferenciado de estudio a mediados del siglo pasado. En Estados Unidos, el fundador de dicha disciplina fue Lewis Henry Morgan, quien investigó en profundidad la organización social de la confederación iroquesa. Morgan elaboró en su estudio La sociedad primitiva (1877) una teoría general de la evolución cultural como progresión gradual desde el estado salvaje hasta la barbarie (caracterizada por la simple domesticación de animales y plantas) y la civilización (iniciada con la invención del abecedario).
En Europa, su fundador fue el erudito británico Edward Burnett Tylor, quien construyó una teoría sobre la evolución del hombre que prestaba especial atención a los orígenes de la religión. Tylor, Morgan y sus contemporáneos resaltaron la racionalidad de las culturas humanas y argumentaron que en todas las civilizaciones la cultura humana evoluciona hacia formas más complejas y desarrolladas.

Evolución del hombre:
Familia Leakey
Louis y Mary Leakey, a la izquierda, y su hijo Richard, a la derecha, son notables paleoantropólogos, cuyas investigaciones en la garganta de Olduvai (este de África) significaron un avance en el estudio de la evolución humana. Descendientes de una familia inglesa, vivieron y llevaron a cabo su investigación en Kenia, dedicándose durante muchos años a la recopilación de fósiles por todo el este de África. Hasta los descubrimientos de los Leakey en los años 1940 y 1950, se pensaba que los seres humanos actuales descendían de una cadena evolutiva única que se desarrolló en el este de África. Los Leakey descubrieron una serie de fósiles que indicaban la coexistencia de diferentes tipos de homínidos en esa región.
Una de las ramas de la antropología física tiene como objetivo reconstruir la línea evolutiva del hombre. En la década de 1960 los paleo antropólogos Louis Seymour Bazett Leakey, su esposa Mary Douglas Leakey y su hijo Richard Erskine Leakey encontraron una serie de fósiles en la garganta de Olduvai, África oriental, que desencadenó una revisión profunda de la evolución biológica de los seres humanos.

Una de las ramas de la antropología física tiene como objetivo reconstruir la línea evolutiva del hombre. En la década de 1960 los paleo antropólogos Louis Seymour Bazett Leakey, su esposa Mary Douglas Leakey y su hijo Richard Erskine Leakey encontraron una serie de fósiles en la garganta de Olduvai, África oriental, que desencadenó una revisión profunda de la evolución biológica de los seres humanos. Los restos fósiles desenterrados a finales de 1970 y 1980 proporcionaron después pruebas adicionales, en el sentido de que el género Homo coexistió en África oriental con otras formas evolucionadas de hombre-simio conocidas como australopitecinos hace más de 4 millones de años.
Estos antiguos antecesores del hombre tenían las piernas y el cuerpo adaptados para caminar erguidos (véase Bipedación), lo cual dejaba sus manos libres para manipular diversos utensilios. Más tarde, investigadores de la Universidad de California descubrieron numerosos fósiles en la garganta de Olduvai, lo que reforzó aún más la tesis de la irregularidad del proceso de evolución humana. Este nuevo fósil tenía aproximadamente 1,8 millones de años de antigüedad, presentaba huesos de los brazos y las piernas que confirmaban una locomoción vertical relativamente evolucionada, pero su capacidad craneana reducida y marcadas diferencias de estatura entre hombres y mujeres no diferían demasiado de Lucy.
Algunos utensilios de piedra sin tallar, hallados con ciertos fósiles de Homo en yacimientos del este de África, demuestran que hace casi 3 millones de años ya eran capaces de fabricar herramientas. Esta habilidad técnica contribuyó al aparente éxito evolutivo del Homo hábiles. En comparación con los australopitecinos vegetarianos, los antecesores modernos de los seres humanos, tipo Homo hábiles, parecen haber evolucionado al incorporar la carne como parte esencial de su dieta alimenticia, a juzgar por la disposición de los dientes y la utilización de ciertas herramientas.
La especie Neandertal, que vivió en Europa y África del Norte entre el 100.000 y 40.000 a.C., son ancestros primitivos de la especie humana actual, pero corresponden a una línea evolutiva distinta. Eran cazadores-recolectores y tenían el cerebro algo más grande que el de los seres humanos de hoy. Los primeros en encontrar fósiles de la especie Neandertal fueron los antropólogos alemanes Johann Fuhlrott y Hermann Schaaffhausen en 1856, en el valle del río alemán Neander (cerca de Düsseldorf, Alemania). Aquí se muestra el cráneo de un Neandertal entre el de un Pitecántropos (izquierda) y el de un hombre de Cro-Magnon (derecha).

Hay antropólogos que consideran como antepasados directos del hombre a los ejemplares de Neandertal y a las docenas de fósiles emparentados; otros opinan que sólo son una ramificación del Homo sapiens que se extinguió hace decenas de miles de años. Se calcula que hace entre 100.000 y 35.000 años, los hombres de Neandertal ya eran una población de cazadores-recolectores extendida por gran parte de Europa y de Oriente Próximo; de constitución robusta y cejas espesas, con capacidad craneana de unos 1.500 cm3, mayor que la de gran parte de los Homo sapiens sapiens, especie a la que pertenecemos los seres humanos modernos.
En el continente americano, sin embargo, ningún rastro humano tiene más de 15.000 años, y los únicos ejemplares óseos que cuentan algunos miles de años pertenecen todos al Homo sapiens sapiens. Por tanto, parece que la evolución biológica que derivó en el hombre moderno tuvo lugar en el Viejo Mundo.

Evolución y cultura de los humanos
En el paleolítico o edad de piedra, el planeta sufrió grandes en específico climáticos, ya que hubo periodos de glaciaciones o avances de hielo, que afectaban la concentración y distribución de la flora y fauna por todo el planeta. La última glaciación comenzó hace unos 80.000 años y termino hace unos 10.000 años. En el paleolítico se desarrollo uno de los procesos más largos y fundamentales de nuestro pasado: la hominización, conjunto de cambios biológicos, físicos y culturales que, en el transcurso de millones de años de evolución que, permitió configurar los primeros rasgos de una especie que luego desembocaría en la actual especie humana.
Durante este largo proceso, los homínidos fueron adquiriendo la marcha bípeda y la postura erecta, lo que les permitía tener las manos libres para transportar a sus hijos, llevar objetos; su capacidad craneana, que paso a contener un cerebro mas grande y complejo; modifico la forma de la mano hasta conseguir un dedo pulgar oponible al resto de los dedos, que le permitió realizar trabajos mas minuciosos con las manos. Logro distinguirse de otras especies animales al transformar la naturaleza, modificando así el entorno y la realidad. Construyo las primeras herramientas de piedra tallada hueso, dominó el fuego desarrollo las creencias religiosas, las expresiones artísticas el lenguaje, dando cuenta de capacidades que, hasta el día de hoy, son atributos de exclusivos del los seres humanos.
La cultura es uno de los elementos propios y exclusivos del ser humano. Los humanos, además, tienen la capacidad de diversificarse, es decir, si bien compartimos rasgos comunes que nos caracterizan como especie, a la vez desarrollamos aspectos que nos diferencian. De este modo, se pueden distinguir varias culturas con sus señas de identidad propias, como el caso de etnias, de habitantes de distinta regiones geográficas o de grupos sociales particulares. Las culturas, entonces, son diversas y dinámicas, es decir, cambian en el tiempo y en el espacio, pues están en constante desarrollo.

LOS PRIMEROS HOMINIDOS


Hace 5 millones de años atrás apareció el Australopitecos (austro= sur, phiteco= mono) sus restos fósiles han sido encontrado en África. Su estatura era aproximadamente era de un 1,30 mts y 1,50, y su peso máximo de 50 kg. Los más antiguos habitaban en los bosques, pero después colonizaron las praderas. Se alimentaban de frutos y vegetales que recolectaban, también de animales que cazaban o encontraban muertos. Era una especie parecida a un chimpancé, pero que después comenzó a caminar en dos pies.
Hace 3 millones de años atrás Homo habilis (el hábil): fueron los primeros representantes del género homo y sus restos también han sido encontrados en África. Tenían una frente mas ancha que el Australopitecos, dientes menos fuertes, constitución más débil. Vivian en un núcleo familiar y eran capaces de fabricar herramientas de piedra para desgarrar los animales o raspar las pieles.
Hace 1,5 millones de años atrás Homo erectus (el erguido): los fósiles de esta especie han sido encontrados en África, Europa y Asia, lo que significa que tuvieron una amplia distribución geográfica. Su capacidad craneana era bastante mayor que la de los homínidos anteriores, median 1,70 m y su constitución física era fuerte. Fabricaron herramientas mas variadas, empezaron a protegerse del frio utilizando pieles de animales y fuego, ya que ellos lo descubrieron.
Alrededor de 100.000 años atrás Homo sapiens (el que sabe): aunque continua en investigación su datación exacta, se sabe que este tipo humano corresponde al eslabón previo al Homo sapiens sapiens, al cual pertenecemos. Eran hombres robustos, con capacidad craneana similar a la nuestra. Comenzaron a enterrar a los muertos y llegaron a inventar la agricultura.
África fue la cuna de la humanidad; allí se han encontrado los restos del Australopitecos y el Homo habilis. El Homo erectus, ya que dominaba el fuego y tenia herramientas mas complejas, se desplazaron a otros continentes, como Europa y Asia. América y Australia fueron colonizadas por el Homo sapiens sapiens. La población creció lentamente; se estima que desde su aparición hasta unos 10.000 años, la población de la tierra era solo de unos ocho millones de habitantes.

Cazadores y recolectores


Los distintos tipos de homínidos que se sucedieron en este largo proceso de evolución, durante el paleolítico, fueron nómadas que vivían, agrupados en bandas, es decir, en grupo familiares no mas de 40 individuos, trasladándose de un lugar o a otro para buscar zonas con plantas y animales.
Los cuales se dedicaron a la pesca, ala recolección y a la caza de animales, creando las primeras herramientas hechas de piedra, madera o hueso. Fabricaban cuchillos y bifaces (herramienta con punta) para cortar la carne y las pieles raspadores para curtir las pieles y hacer vestidos, agujas para coser y arpones para pescar. Unos de los principales avances de este periodo fue dominar el fuego. A si, la posibilidad de producir y aprovechar el fuego, permitió calentarse alrededor de una hoguera cocinar, ahuyentar los animales depredadores, iluminar y desplazarse hacia zonas mas adversas.
De etapa, el avance más significativo fue el surgimiento de un comportamiento cooperativo en las actividades de la caza, la elaboración de utensilios y un lenguaje rudimentario. Las últimas etapas del paleolítico se asocian a la aparición de la especie Homo Sapiens, que logro perfeccionar las técnicas para trabajar la piedra, desarrollar la capacidad creativa, el pensamiento y la comunicación simbología. La evolución biológica y el desarrollo cultural desde los primeros homínidos hasta la configuración del ser humano moderno (homo sapiens sapiens), se caracterizo por la interacción con el medio natural atraves d grandes saltos cualitativos.
Otro hecho relevante fue la expansión y poblamiento del planeta por el hombre moderno, así como su capacidad de adaptación a distintos climas. Las glaciaciones y la necesidad de procurarse alimento obligaron a las bandas de cazadores a desplazarse hacia tierras lejanas, fue así como el planeta se fue poblando lentamente y hace unos diez mil años, llegaron grupos de nómadas desde Asia a América, principalmente a través de la ruta de Beringia.
Hace unos 35.000 años, los seres humanos comenzaron a realizar pinturas, esculturas y grabados. Los hombres y las mujeres del Paleolítico creían en el mas allá, lo que se manifestaba en los ritos funerarios. Los entierros de los muertos iban acompañados de ofrendas, como flores, instrumentos de piedra, aplicaciones de pintura roja sobre el cuerpo, y pequeñas figurillas de piedra y arcilla. También creían en fuerzas sobrenaturales que les ayudaban en la caza, protegían a los niños o hacían que las mujeres tuvieran más hijos. Para que esas divinidades les fuesen favorables, crearon santuarios en los lugares más profundos de las cuevas, en los que celebraban ritos y presentaban ofrendas.
Las paredes de las cuevas eran decoradas con dibujos (pinturas rupestres) las pinturas en rocas han permitido conocer aspectos de la vida en esta época. Se pintaban emotivos rituales destinados a favorecer la caza, la pesca y la fertilidad. Los materiales utilizados para pintar eran elaborados con polvo de carbón de la hoguera y otros minerales y tinturas vegetales. Estos se aplicaban directamente sobre la roca mezclándolo con grasa de animal, sangre o resina, utilizando las manos o pinceles hechos con pelos de algún animal.
Los encargados de pintar eran los hechiceros o chamanes, quienes, se suponía que se comunicaban con el mundo de los espíritus. Se pintaban animales que servían de alimento, en muchos casos, atravesados con flechas y sangrando. También pintaban manos humanas superpuestas, reflejando un notable sentido artístico. Las pinturas rupestres más famosas son la de la cueva de Altamira, en España, y la de la cueva del Lascaux, en África.
A finales de este periodo, se han encontrado estatuillas femeninas talladas en piedra, marfil o hueso. En estas se exageraba el volumen de las partes del cuerpo con la maternidad: pechos, caderas, vientre. Se les conoce como las “Venus prehistóricas” se supone que estaban relacionadas con la fertilidad.

NEOLITICO



En el neolítico se produjo la aparición de los primeros poblados con casas edificadas con diferentes materiales, en diferentes partes del mundo: casas de adobe en el Oriente Próximo y de grandes troncos de madera en Europa central y occidental por ejemplo. En Jericó, el neolítico pre cerámico coincidió con la construcción de una monumental muralla de piedra. Pero quizá el poblado neolítico más extraordinario sea el de Skara Brae en las islas Orcadas, cuyas casas y su mobiliario (incluida alacena, aparadores y camas) están realizadas con losas. La cerámica, producto del desarrollo natural de pueblos sedentarios, fue ampliamente utilizada. El cultivo de cereal y la domesticación de animales, como vacas, ovejas, cabras y cerdos, fueron resultado no de un brillante descubrimiento, sino de la necesidad causada por la presión demográfica. La minería también hizo su aparición en el neolítico. Sus orígenes se pueden rastrear en el paleolítico, al practicarse actividades mineras para obtener ocre en África y en Australia o al excavar en cuevas para extraer nódulos de piedra. En el mesolítico se había obtenido obsidiana (piedra volcánica) en las islas del Mediterráneo, pero fue en Europa septentrional durante el neolítico cuando se explotaron ricas vetas de sílex de alta calidad mediante un enorme sistema de pozos y galerías radiales, extrayendo los bloques con picos construidos con astas de animales. Entre las minas mejor conocidas se encuentran las de Grimes Graves (Gran Bretaña), de Krzemionki (Polonia) y de Spiennes (Bélgica). El sílex de estas minas, al igual que el de otras muchas explotaciones al aire libre, fue transformado en hachas talladas o pulimentadas, objetos de una extensa y lejana comercialización, que se emplearon en la profunda deforestación que se produjo en Europa en esta época. Las numerosas y alargadas casas (de decenas de metros de longitud) construidas con grandes tablas de madera, pueden ser consideradas como evidencia de la deforestación.
Arte neolítico, arte y arquitectura de la época prehistórica que se extiende aproximadamente desde el año 7000 a.C. hasta el año 2000 a.C. Comenzó unido a la vida semi nómada de los pastores y finalizó con el descubrimiento del bronce que dio lugar a la era del mismo nombre.
La cerámica fue la primera manifestación del arte neolítico; otras importantes expresiones artísticas fueron las esculturas adoradas como diosas madres y monumentos megalíticos de piedra dedicados al culto religioso. Se ha encontrado cerámica neolítica en todas las regiones ocupadas por los pueblos del neolítico, desde el Próximo Oriente a través de África y desde el Mediterráneo a Europa y a las Islas Británicas. Generalmente son planas, con decoración simple triángulos, espirales, líneas onduladas y otros motivos geométricos en superficies lisas u onduladas. Dependiendo de la cultura particular que lo origine, adoptan distintas formas como por ejemplo la cerámica realizada en forma de cesta, calabaza, campana o sacos de piel. La cerámica neolítica campaniforme, con dibujos geométricos, inspirados en la cestería, es originaria de España y se extendió a toda Europa.
Los monumentos neolíticos más importantes son los dólmenes, tumbas formadas por grandes bloques de piedra que forman la cámara funeraria, como el dolmen de Aizkomendia, en Álava, España; y los menhires (grandes piedras colocadas de pie, también llamadas megalitos) como los de Bretaña, en Francia y los grandes círculos de piedras de Inglaterra, o crómlech, cuyo ejemplo más representativo es Stonehenge (3000-1000 a.C.).
El neolítico ha estado tradicionalmente asociado a los orígenes de la agricultura, a la vida sedentaria y al uso de la cerámica y de instrumentos de piedra pulimentada. Sin embargo, en la actualidad se sabe que algunos de estos rasgos son anteriores a esta etapa. La cerámica hizo su aparición en Japón hace 16.000 años y en Australia se han encontrado útiles pulimentados con una antigüedad de 32.000 años. Incluso durante el neolítico estas características no siempre aparecen de forma conjunta. Por ejemplo, en el Oriente Próximo la producción de alimentos fue anterior a la aparición de la cerámica, lo que ha dado origen al término de neolítico pre cerámico (véase Jericó). No obstante, el vocablo neolítico sigue en uso en algunas partes del Viejo Mundo. Sus inicios se centran en el VII milenio en el Oriente Próximo y tiene su fin en el II milenio en Europa septentrional dependiendo del comienzo de la utilización del cobre.
El arte neolítico también presenta una amplia variedad de figurillas (en ocasiones femeninas como en la zona euroasiática) pero quizá los logros más importantes se encuentran en una serie de imponentes monumentos localizados en diferentes partes del mundo. En Europa occidental hay numerosos túmulos funerarios de grandes dimensiones, construidos con tierra sobre las estructuras mortuorias de piedra. Es notable el ejemplo de Silbury Hill (sur de Inglaterra), un enorme túmulo de Creta de 40 metros de altura y 160 de diámetro, construido hacia el año 2600 a.C.

domingo, 21 de junio de 2009

PERIODO ENEOLITICO

Período prehistórico en el que comienza a usarse el cobre. Es sinónimo de Calcolítico, sustituyendo ambos términos al más antiguo de Edad del Cobre; algunos investigadores españoles emplean para denominar este período la expresión «Bronce I Hispánico» (en claro retroceso, por tratarse de un concepto impropio).
Esta etapa prehistórica sucede al Neolítico y, en parte, puede considerarse como el apogeo de este período, pues en muchos lugares supone la plena sedentarización de las comunidades que han logrado ya una economía productora estable, continuando en uso la mayor parte de la tecnología neolítica, y, si bien ya se conoce el metal, todavía está lejos la revolución tecnológica -y su influencia en la vida común- que supondrá la metalurgia (fundición y aleación), y que se manifestará en la Edad del Bronce. En tierras aragonesas el Eneolítico parece un período de auge demográfico, si lo comparamos con etapas anteriores, pero la veracidad de tal observación podría estar deformada por diversos factores, como el hecho de que muchos de los ajuares eneolíticos sean más «típicos» arqueológicamente y más fácilmente reconocibles que los de etapas anteriores (cerámica campaniforme, puntas de flecha de pedúnculo y aletas, etc.). En Aragón faltan excavaciones que sitúen estratigráficamente este período, y hemos de guiarnos por el desprestigiado criterio del «fósil director», que solamente puede situar aquellos materiales más claros ya citados. La mayoría de los hallazgos son En el norte de la provincia de Zaragoza se han detectado numerosas puntas de flecha, foliáceas y de pedúnculo y aletas, de sílex, y algún fragmento de cerámica campaniforme, casi siempre en conexión con el tipo de yacimiento llamado «taller de sílex», que corresponde seguramente a poblados de poca duración temporal, probablemente de gentes con economía de régimen seminómada. Donde el terreno ofrece cuevas habitables, éstas continúan siendo ocupadas por poblaciones eneolíticas (estribaciones del Sistema Ibérico, en el este de Zaragoza y Prepirineo oscense). En dos zonas parece predominar el hábitat en poblados: al sur de la provincia de Huesca, sobre todo en el área del Alcanadre, y en el Bajo Aragón. En esta última es el Eneolítico probablemente, la época en que la población se traslada de los abrigos rocosos a vivir en poblados (se encuentran materiales eneolíticos tanto en los estratos superficiales de varios abrigos rocosos habitados en etapas anteriores, como en los primeros niveles de muchos poblados). Los abrigos bajo roca servirán en el Eneolítico como sepultura. Superficiales, fuera de todo contexto arqueológico.
Al final del Neolítico, junto con los instrumentos de piedra se utilizaron otros de cobre puro. La industria del sílex alcanza extraordinario desarrollo, produciéndose ejemplares primorosos.Este periodo en el que junto con la piedra pulimentada se usa el cobre puro, se llama Eneolítico o Calcolítico, y, más que cultura nueva, debe considerarse como el final del Neolítico. La Edad de los Metales comienza propiamente cuando se aprende a mezclar el cobre con el estaño, obteniéndose así el bronce.
Muchos de los hallazgos eneolíticos aragoneses corresponden a sepulcros (aparte de la reutilización en esta época de varios dólmenes), destacando los hallazgos sueltos de la sierra de Alcubierre, la tumba de La Cartuja de las Fuentes , en Sariñena (H.), El Puntal de las Almendreras , en Mezquita de Loscos (T.), El Cañaret de Pallisetes , en Calaceite (T.), y otros abrigos bajo aragoneses
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